I. Castillo de Son Torrella, febrero de 1301
El anciano contemplaba el fuego, dormitando a ratos. Un criado avivó la chimenea en silencio, mientras la luz del sol que se filtraba por los angostos ventanales del salón languidecía. Fuera, el traqueteo de los caballos que llegaban procedentes de la aldea provocaron que Afel, el enorme perro que descansaba a los pies de su amo, irguiera brevemente la cabeza y las orejas.
El anciano contemplaba el fuego, dormitando a ratos. Un criado avivó la chimenea en silencio, mientras la luz del sol que se filtraba por los angostos ventanales del salón languidecía. Fuera, el traqueteo de los caballos que llegaban procedentes de la aldea provocaron que Afel, el enorme perro que descansaba a los pies de su amo, irguiera brevemente la cabeza y las orejas.